¡Corre!

La agitada vida moderna hace dificil que logres el equilibrio entre salud y bienestar; sin embargo, uno de los mejores consejos que podemos darte en Tecnipie es practicar alguna actividad física ligera, como correr.

¡Pero espera! Antes de correr debes saber algunas cosas importantes sobre tu cuerpo, sobre el cuidado que debes de darle y las preauciones que debes tomar.

Al correr liberas sustancias bioquimicas en tu cuerpo que te harán sentir más relajado, pero primero debes de buscar ropa adecuada, cómoda, que te permita descansar. Es lo mismo con tus zapatos: deben de tener un correcto soporte para tus pies.

Nunca salgas a correr sin calcetines, ya que estos amortiguan el impacto de tus pies contra el zapato. Además, recuerda que debes de empezar con un paso más lento e ir aumentando la intensidad de acuerdo a tus capacidades físicas, sin sobrepasarte.

Si tienes algún problema de salud como obesidad o problemas del corazón, puedes consultar a tu médico antes de comenzar a incorporar el salir a correr en tu vida diaria.

Y recuerda... los primeros días amanecerás con dolor, debido a que tu cuerpo se deshace de las toxinas que tenías almacenadas. Para calmar estas molestias usa productos especiales, como los de la línea de Tecnipie. Tampoco olvides desinfectar tu calzado, pues el sudor producido por el ejercicio se contamina y podría dejar tus tenis olorosos!

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¿Amante de los pies?

El fetichismo (del latín, facticius, «artificial», y portugués feitiço, «magia», «manía»; del francés fétiche), es una parafilia que consiste en la excitación erótica por un objeto o parte del cuerpo en particular.

El fetichismo sexual se considera una práctica inofensiva salvo en el caso de que provoque malestar significativo o problemas a la persona que lo padece o a terceros.

El fetichismo del pie es un pronunciado interés fetichista en los pies humanos. Esta parafilia es también llamada podofilia. Es también uno de los fetichismos más comunes en los varones. El fetichismo del pie en mujeres es un comportamiento sexual apenas estudiado y muy poco común.

Conviene aclarar que si bien usualmente se utiliza el término fetichismo para referirse a esta parafilia, muchos autores prefieren emplear el más apropiado de parcialismo. Esto es así porque la palabra fetichismo hace referencia a fijaciones sobre objetos y/o materiales (como el fetiche por el calzado o el fetiche por el cuero), es decir, sobre cosas no vivas.

En cambio, cuando la fijación erótica se proyecta sobre partes del cuerpo humano se trata de parcialismo, ya que el placer sexual se obtiene por la reducción de todo el cuerpo a una de sus partes.

Acerca de los origenes de esta inclinación sexual, existe una hipótesis freudiana que explica que, debido a que en muchas culturas la experiencia del niño con su madre puede involucrar adoración por su pie.

Aunque no seas fetichista, tus pies necesitan cuidados... visita http://www.tecnipie.com para saber como puedes consentirte.

¿Te quitas los zapatos debajo del escritorio?

La ajetreada vida diaria a la que nos vemos sometidos nos obliga a prácticas que pueden ser mal vistas, pero que nos brindan un momento de descanso en una jornada de trabajo larga.

¿Has visto a las mujeres que llevan un par de zapatos extra en sus bolsas de mano para ponerselos al entrar a la oficina?, ¿has sorprendido alguna vez a uno de tus compañeros o compañeras de trabajo quitandose los zapatos debajo del escritorio?



Puede ser una práctica más común de lo que te imaginas, pero hay varios problemas relacionados con estos comportamientos, por ejemplo:

Si llevas tus zapatos "cómodos" en una bolsa de mano, puede ser que estas prendas estén en contacto con otros objetos que son de uso diario y que no deben entrar en contacto con los zapatos, porque estos tocan el suelo. ¿O acaso te gustaría que tus cosméticos o alimentos se contaminaran?

También piensa que, si llegas a quitarte los zapatos en la oficina, corres el riesgo de sufrir algún tipo de enfriamiento o incluso atrapar una enfermedad, como el pie de atleta, pues los espacios publicos son los principales lugares de contagio y si acudes a los sanitarios de la oficina a cambiarte los zapatos estás exponiendo tu salud.

Por otro lado, si tus zapatos, medias o calcetines están sudorosos o huelen mal, si llegas a quitarte los zapatos bajo el escritorio, el olor de tu oficina será desagradable y esto da una muy mala imagen.

¿Necesitas una solución para estos problemas de la vida cotidiana (mal olor, pies cansados, pies sudorosos, pie de atleta)?

En Tecnipie tenemos una respuesta para tí, visita nuestra página: http://www.tecnipie.com

El loto dorado y los pies de las geishas

En pocos lugares es tan apreciada la belleza de los pies como en algunos países de Oriente, donde hay toda una cultura para su cuidado; sin embargo, en la historia de estos países hay algunos antecedentes de los pies que han puesto en peligro a las mujeres que, con la finalidad de cumplir los cánones de belleza, han arriesgado su integridad y su salud.

Para muestra estos dos casos: el primero tiene su origen en una práctica que ya no es común, pero que llegó a ser muy generalizada y fue conocida como "el loto dorado", pues de acuerdo a una leyenda en el siglo X, el emperador Li Yu le solicitó a su esposa favorita bailar encima de una flor de loto de oro y ella, para lograrlo, vendó sus pies con una cinta que permitió que sus extremidades se posaran con gracia sobre esta flor,

Desde entonces, en China se difundió la práctica de atar los pies de las niñas desde los 4 años para lograr que midieran el ideal: tan sólo 7 centímetros; práctica que deformaba los huesos de las jovencitas, hasta dejarlas a veces incapaces de moverse. A partir del año 1911 esta costumbre empezó a erradicarse, pues las lesiones que les causaban eran a menudo irreversibles y representaban el deseo de tener esposas "quietas" y sumisas, que no se alejaran jamás de sus casas.

En otro país de Oriente, en Japón, las mujeres que eran el prototipo de belleza más simbólico, las Geishas, portan para su entrenamiento altos suecos de cerca de 10 centímetros, que evitaban que su kimono se maltratara y les daban un aire elegante al caminar. Hakimono es el nombre genérico que recibe el calzado usado por las Maikos (aprendices) y las geishas.

La cinta que va entre los dedos de los zapatos de las Maiko cambia de color a medida que avanza en su aprendizaje, comenzando por el rojo, continua el rosa y finalmente llegan al color lila. Los okobo llevan un cascabel dentro, por lo que es normal que cuando se escucha uno, una Maiko se acerca.

Las geisha también llevan suecos y sandalias, éstos reciben el nombre de Geta, pero son mucho más bajos que los de la Maiko.

En verano, tanto las Maikos y las Geishas utilizan las sandalias lacadas en negro, ya que con la transpiración la otra madera se mancha, y era muy antiestético ver las manchas en las sandalias. Otro tipo de sandalia, que llevan tanto las Maikos y las Geishas, son las zori. Éstas son en cuero, y van recubiertas en la parte superior.

Los cuidados que puedes darle a tus pies han cambiado con el paso del tiempo; actualmente puedes protegerte de manera completa con la línea de cuidado integral de Tecnipie. Para conocerla visita nuestra página en http://www.tecnipie.com

Pies de hierro

Frecuentemente pensamos en la edad media como una época llena de princesas y caballeros en armaduras, pero ¿te has puesto a pensar en cómo vivía la gente común? Claro, ellos también tenían que protegerse de las inclemencias del tiempo. ¿Sabes cómo protegían sus pies? Aquí te contamos la historia de cómo tratabamos a nuestros pies en la edad media.

La Edad Media comienza tras la caída del imperio romano en el siglo V y termina en el siglo XV; este periodo se caracteriza por una serie de luchas y conquistas en Europa, que cambian la forma de vivir de todos los pobladores.

Muchos campesinos dejaron de andar descansos y empezaron a usar zapatos de cuero, que eran los que usaban algunos pueblos germanos: la moda se instituyó para que en las clases más altas se emplearan zapatos muy parecidos a las zapatillas más estilizadas, es decir, con terminación en pico, que a menudo se curveaba hacia arriba.



Los hombres de la nobleza también usaban botas: altas o bajas eran simbolo de mayor estatus social. Los campesinos muchas veces usaban suecos o otros zapatos de madera, que eran más durables.

Durante estos años el oficio de zapatero fue ganando prestigio, por lo que con el tiempo, los zapateros comenzaron a competir para hacer zapatos cada vez más elaborados, pero a la vez eran más dificiles de llevar.

En el siglo XIV, el Rey Eduardo III se vio obligado a emitir un decreto en el que se limitó la longitud de las puntas a tan solo 5 cm. porque las descomunales puntas de los zapatos ingleses constituían un verdadero peligro: para caminar, era necesario amarrar una cinta a la cintura porque había zapatos que medían hasta 50 cm. de alto. ¡Eran casi unos zancos!

Carlos VIII tenía los pies tan deformes que no podía usar polainas puntiagudas, así que simplemente las prohibió, ordenando el uso de zapatos anchos, cuadrados o redondeados.

Aparecieron entonces unos zapatos semejantes a las zapatillas actuales de ballet, cuya punta poco a poco fue haciéndose más ancha y cuadrada, generalmente sin tacón, pero con cordones o correas.

Eran tiempos duros para los pies, pero afortunadamente ya tenemos una cultura diferente de cuidado. ¿Quieres saber como salir de esos tiempos de oscurantismo? Pues usando la línea Tecnipie, visita nuestra página y enterate de cómo darle un cuidado integral a tus pies: http://www.tecnipie.com

Pies de cuero: el zapato en la antigüedad

En un principio el calzado era muy sencillo, apenas una suela atada al pie o al tobillo.

Las sandalias fueron el primer calzado producido manualmente por el hombre y todas las civilizaciones han tenido su versión: egipcios, asirios, persas, fenicios usaban sandalias con suelas de hoja vegetal sostenidas por tiras.

Era común caminar descalzo y llevar las sandalias colgadas utilizándolas sólo cuando fuera necesario.

En lo que se refiere al calzado cerrado, se han hallado mocasines de 3600 años en Babilonia.

Las botas, en cambio, -cuyo nombre proviene del francés "botte", y éste del gótico "bauths", que significa romo o rudo- inicialmente, designaba a un tipo de calzado amplio, forrado de piel para proteger los pies del frío.

Las primeras botas de la historia fueron usadas por los soldados sirios, y eran una especie de botas altas semejantes a las polainas.

Las botas más antiguas que se conocen proceden de Mesopotamia en el Oriente Medio, y según se cree en esa época eran usadas tanto por hombres como por mujeres, para indicar que tenían un estatus social elevado.

Por ejemplo, en esta imagen puedes ver una imagen de las sandalias que fueron encontradas en la tumba del rey egipcio Tutankamon:


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Pies de barro

El hombre ha recorrido un largo camino desde sus origenes, cuando las tribus nómadas recorrían enormes distancias en busca de los mejores sitios para cazar o recolectar alimentos. Fueron los pies de esos primeros homínidos los que permitieron el desarrollo de lo que luego se conviertieron en las grandes civilizaciones humanas. ¿Sabes cómo protegía sus pies el ser humano en aquellos tiempos remotos? Aquí te lo contamos.

El ser humano anduvo descalzo por muchos años, pero estudios realizados en antiguos campamentos humanos, indican que los primeros zapatos tienen cerca de 40,000 años de antigüedad.

Los primeros zapatos provocaron cambios en la anatomía del pie humano, pues los dedos de los pies se hicieron más cortos con el tiempo; mientras los seres humanos de los climas fríos comenzaron a cubrir sus pies hace 400.000 años, el calzado comparable con los modernos zapatos fue una innovación mucho más tardía.

Para los arqueólogos no ha sido fácil determinar cuándo los humanos dejamos de andar descalzos porque los materiales provenientes de plantas y animales utilizados para confeccionar los zapatos prehistóricos se han desintegrado.

Afortunadamente, actualmente el ser humano ya cuenta con toda una gama de productos para tener los pies bellos y sanos, así que ya no depende más de las pieles de los animales ni está a la merced de los elementos. Disfruta las ventajas de la innovación en salud de la línea Tecnipie, visita nuestra página y conoce más productos para el cuidado de la piel de tus pies.

Pies adoloridos... ¿un mal de nuestros tiempos?

Generalmente es un malestar que se presenta al final del día, sobre todo después del ajetreo al que nos sometemos: caminar largas distancias, desplazarnos en el tráfico, subir y bajar escaleras...

Todo ese impacto lo soportan nuestros pies, pero el único premio que les damos es lavarlos con desgano. Pero los pies son una estructura compleja: están compuestos de 28 huesos, 33 articulaciones, 107 ligamentos y 19 músculos, y cuanto más peso soportan los pies, mayores probabilidades existen de sufrir diferentes molestias hasta dolores y aparición de ampollas y torceduras.

¿Cuando notamos la importancia de nuestros pies? Cuando nos duelen, cuando nos torcemos el pie o sufrimos algun desgarre o tenemos problemas al pisar. Pero los pies pueden darnos las señales de que nuestro cuerpo no está bien, pues pueden indicarnos problemas de circulación o de diabetes.Las señales posibles de alerta incluyen dolor, hinchazón, ampollas y grietas que no cierran.

Tus pies necesitan un descanso: ofrecerles un masaje relajante con productos especializados y mantenerlos en alto, son sólo dos de las cosas que puedes hacer por ellos, pero, ¿quieres saber que más te ayudará a consentirlos?

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Tacones: los peligros de la vida en las alturas

¿Crees que con zapatos de tacón las nenas se ven mejor y luce más la pantorrilla? Tal vez sea cierto... Pero, ¿ya has pensado en lo que pasa con tus pies cuando los sometes a la postura de los zapatos de tacón? Lee esta entrada y descubrelo.

Las mujeres llegan a sufrir de cuatro veces más problemas en los pies que los hombres. Y hay un responsable de esto: los tacones, especialmente los que son muy altos.

Los problemas que desencadena el usar tacones por tiempos prolongados son muchos, por desgracia los conocemos conforme pasa el tiempo... De jovenes rara vez nos preocupamos por las consecuencias que tendrá en nuestra salud. Sólo nos viene un pensamiento a la mente: esos zapatos son hermosos!! ¡¡Los quiero!!


Rara vez nos detenemos a pensar en la lista de problemas que vendrán después: problemas en el tendón de Aquiles, juanetes, callos, dedos de martillo y nervios comprimidos. ¿Pagarás ese precio por estar a la moda?

Lo estético no es siempre lo más sano y si a esto le unes un mal cuidado e higiene, tienes la receta perfecta para un desastre: el talón desplaza el peso del cuerpo hacia adelante, lo cual desplaza los puntos naturales de apoyo y aumenta la presión sobre los dedos de los pies: desde el tobillo hasta las vertebras cervicales sufren un cambio.

Por eso, si eres mujer, piensa bien tu decisión antes de pasar la vida en tacones altos... y si eres hombre, ten conciencia de que los tacones son para esas ocasiones especiales. ¡Disfruta de tus pies, bellos, limpios, naturales! Cuidalos con toda la gama de productos Tecnipie, que puedes consultar aquí: http://www.tecnipie.com