jueves, 6 de octubre de 2011

Pies, literatura e inspiración


Uno de los comentarios luego de hacer la entrada anterior de este blog (Pies, erotismo y video) fue de que olvidé una película que tiene toda una de sus partes dedicada a un pueblo perdido en el bosque que es una especie de utopía donde todo mundo vive feliz.

La película es The Big Fish (El Gran Pez) dirigida por el genial Tim Burton y el pueblo en cuestión se llama “Spectre” (el secreto mejor guardado de Alabama), una población perdida en el bosque y cuyos habitantes son muy amistosos.

Una de las principales manifestaciones de la bondad de vivir en Spectre es que todos sus habitantes están descalzos y los que llegan a éste deben de deshacerse de sus zapatos de manera inmediata.

Pueden ver lo que les digo en este video Edward Bloom (el protagonista interpretado por Ewan McGregor) llega al pueblo alrededor de la marca de tiempo 3:45:



Y es que al igual que en "Spectre", para los autores de libros de fantasía o infantiles, el andar descalzo es una especie de muestra de libertad: libarnos de la tiranía de los rígidos y molestos zapatos para poner nuestros torturados pies en contacto directo con la madre tierra.

Los Hobbits de J.R.R. Tolkien se pasean arriba y debajo de la Comarca descalzos y los más aventureros; aquellos sobre los que se hacen películas, rescatan a la tierra media sin necesidad de cubrir sus pies.

Tom Sawyer, personaje creado por el novelista estadounidense Mark Twain, es un niño que, junto con su mejor amigo Huckleberry Finn, recorren el medio oeste de un Estados Unidos decimonónico huyendo de la escuela y de las obligaciones familiares: una de las primeras acciones del niño es quitarse los zapatos.

Fuera de la literatura de fantasía e infantil, en los universos imaginados de la ciencia ficción, es el joven Paul Atreides (protagonista de la premiada serie Dune) quien recuerda el entrenamiento de lucha que recibió de joven: “Cuando dudes de la superficie, lo mejor es usar tus pies desnudos” una lección que le ayudará a sobrevivir y que tiene mucho de alegórica al buscar la verdad utilizando sus humildes extremidades inferiores.

Por supuesto que si nos ponemos a buscarle encontraremos muchísimas referencias a los pies, la libertad y el uso de estos para estar “bien plantados en la tierra” por lo que aquí me detengo sin embargo quiero dejar a ustedes una poesía de Pablo Neruda que demuestra varias cosas: por una parte que este género puede ser sorprendente y, por la otra, que los pies (como me he cansado de decirlo) son magníficas fuentes de inspiración. Esta vez, de amor:

Tus Pies

Cuando no puedo mirar tu cara
miro tus pies.

Tus pies de hueso arqueado,
tus pequeños pies duros.

Yo se que te sostienen,
y que tu dulce peso
sobre ellos se levanta.

Tu cintura y tus pechos,
la duplicada púrpura
de tus pezones,
la caja de tus ojos
que recién han volado,
tu ancha boca de fruta,
tu cabellera roja,
pequeña torre mía.

Pero no amo tus pies
sino porque anduvieron
sobre la tierra y sobre
el viento y sobre el agua,
hasta que me encontraron.